El Bolsón (ANPP).- Compartimos nuestra Editorial de esta semana:
MASA MADRE
Lo presencial es político. Tiempos de reivindicar el encuentro
La vida parece haberse vuelto compleja. Los tiempos cada vez más cortos. Las lecturas cada vez más imposibles. Los encuentros cancelados por DNU. ¿Qué cosas funcionan en ese contexto?
Funciona el trabajo, funcionan las pantallas, funciona lo virtual.
¿Qué es lo que ha hecho que la vida se vuelva más compleja? Tener hijes? No, antes se tenía más hijes. ¿Querer descansar? No, la vida de antes era mucho más relajada. ¿Querer especializarse? No, siempre hubo especialistas.
Lo que ha cambiado es la relación entre horas y calidad de condiciones de trabajo y la posibilidad de asegurar el descanso, la provisión de los bienes necesarios... Y también ha cambiado la concepción de esos "bienes necesarios".
Marx y Hegel lo describían hace ya más de cien años. Hablaban de la explotación y la alienación.
Alienación que no nos permite dimensionar. Que nos deja sensibles al sentido común que nos vayan inoculando. Un sentido común que da por sentado la necesidad de bienes innecesarios, que da por sentado la meritocracia como forma de llegar a las cosas. Un sentido común que no se pregunta el por qué de la desigualdad, que no se cuestiona cómo quienes más tienen siguen siendo siempre los que más tienen, aunque no trabajen, aunque sólo se dediquen a explotar a otres.
Un sentido común que nos lleva a pensar y cuestionarnos cada vez menos, y para esto, atrofia nuestra capacidad de análisis. Acorta la capacidad de escucha atenta, acorta los tiempos disponibles para el encuentro, la charla, la lectura, y hasta para el disfrute.
Un sentido común que nos hace percibir como algo feo el disenso, la discusión, la diversidad, lo diferente, lo que puede generarnos dudas, preguntas, cuestionamientos.
Un sentido común que nos empuja al individualismo, y a dejar lo complejo para quienes tienen ganas de eso.
Generar discusiones en grupos de wasap se ha vuelto una ofensa, expresar algo que se salga de este sentido común colonizador, nos vuelve blanco de todas las quejas y repudios.
Generar instancias de discusión en los núcleos afectivos, nos hace merecedorxs de ser señaladxs como incordiosxs.
Pero ¿qué hay detrás de que tanta gente se ponga la camiseta de este sentido común colonizante? ¿Cómo se logra que haya tantas personas defendiendo lo que les oprime?
No es una sola cosa. Es todo. Es esa sensación que nos entra por las pantallas en la que estaremos bien si logramos cierto estatus, cierta base de bienes materiales ( y algunos inmateriales, como el amor, pero que desde esta perspectiva dependerán de la capacidad de acumulación y no de todo lo demás) y la construcción de una utopía propia que se parece a la pastilla azul de Matrix. Una utopía en la que yo estoy bien si no me salgo de ese sentido común que me sostiene y sostengo.
Miedo a quedar afuera. Miedo a ser señaladx. Miedo a perder lo que ya vengo construyendo en la lógica de este sentido común.
Pe
ro hay cosas que no suceden en la virtualidad, y que en estos dos años de un gran paso en este sentido, podemos verlo. Y tiene que ver con todas esas cosas que suceden en el encuentro, en el abrazo y el beso de les seres querides, y también de los no tanto. Porque ahí es donde unx diferencia lo que siente.
ro hay cosas que no suceden en la virtualidad, y que en estos dos años de un gran paso en este sentido, podemos verlo. Y tiene que ver con todas esas cosas que suceden en el encuentro, en el abrazo y el beso de les seres querides, y también de los no tanto. Porque ahí es donde unx diferencia lo que siente.
Pero ese contraste estamos a punto de perderlo, confundido en la naturalización de la coyuntura.
Tenemos que volver a los encuentros. A la gestión por reuniones presenciales de nuestras organizaciones ( sean clubes, amigues, mingas, agrupaciones, núcleos afectivos...).
Reforzar ese cara a cara que nos permite conectar con lo vital, reconocernos en otres, cuestionar y cuestionarnos. ¿Es un romanticismo cuestionar la virtualidad? ¿Enaltecer el encuentro y el compartir pudiendo sentir y percibir cien veces más que en HD? Porque muy pronto, habremos perdido esta gran perspectiva y será mucho más difícil una vuelta atrás.