Argentina cae en el embudo del Plan Colombia. Y aunque
muchxs traten de hacer quedar al presidente como un inepto, no hay nada
más alejado a la realidad. O bien, es posible que Macri no comprenda la
totalidad de lo que su gobierno está haciendo, pero sabe que es parte de
un manual pensado y ensayado en varios países, construido por EEUU, en
el que las burguesías locales se quedan con grandes migajas y entregan
todo el resto y más a esos empresarios que manejan varios Estados además
de sus empresas.
Grandes migajas, porque lo que
se llevan es tan grande, que las migajas que corresponden a la burguesía
local, es mucho más que lo que nunca han visto. O en todo caso, sólo se
asemeja a los desfalcos producidos por la llamada "Generación del 80",
integrada por Roca, Sarmiento, Mitre y otros burgueses, asesinos,
torturadores, vendepatria, y demás calificaciones. Una generación que se
apropió de grandes extensiones de territorio, influyó en los sistemas
educativos ( para que estos respondan a las necesidades de esa elite:
homogeneizar y clasificar), se apoderaron ( o se hicieron) de los medios
de comunicación más relevantes ( diarios, radios) y de las empresas de
insumos para la construcción ( necesarios para toda obra pública). A
cambio, acordaron con quiénes ostentaban el poder hegemónico en ese
entonces, y abrieron las puertas del país a satisfacer sus necesidades.
En ese entonces, era Inglaterra que con la revolución Industrial en
marcha, necesitaba materia prima y mercado donde colocar sus
producciones. Así, se otorgó gratuitamente millones de hectáreas de
tierras a las empresas inglesas que construirían el ferrocarril con un
diagrama pensado para poder saquear a su necesidad. Además de
habilitarles la depredación del quebrachal, entre otras tantas cosas.
Hoy,
el plan Colombia, viene por los recursos, pero también viene por
nuestra capacidad de ahorro. Es decir, no sólo está en la mira el
fracking en Neuquén, la minería en toda la cordillera, la agroindustria (
nótese, que ya no es agropecuario, sino industria del agro, y con esto,
la fordización de la producción agrícola y todo lo que esto implica),
la entrega de zonas pesqueras, petrolíferas en zonas de conflicto como
Malvinas, etc. Todo esto, al igual que en mitad del 1800 y comienzos del
1900, requiere de una campaña exsaustiva para crear un sentido común
que acepte lo inaceptable. Decir que tu sangre sólo sirve para abonar el
suelo, no es tan diferente a decir que "el artesano" se ahogó. O decir
lisa y llanamente "estamos encarando la segunda Conquista del Desierto"
como dijo el ministro de educación en un acto en la Patagonia.
Hoy,
las estrategias son otras. Porque hay otro medio, con información más
globalizada, y con la capacidad de difundir de diferente manera. Por
eso, la difusión de ideas e información sigue siendo un objetivo de
cualquier plan de conquista. El cierre de Télam, la intervención en la
Defensoría del Público, la judicialización y persecución de
comunicadorxs, el cierre y silenciamiento de radios comunitarias, el
hackeo a agencias digitales de información como la nuestra ( que recibió
varios hackeos en los últimos tiempos), la quita de subsidios, y pauta
publicitaria estatal a los medios que pensaron que podían contar con
ella, y la misma situación de crisis generalizada como elemento de
cohersión para quienes militan ad-honorem en la comunicación, se traduce
en un golpe que muy pocos medios lograrán soportar.
Con
el manejo total, o casi total de la información, la represión de la
protesta, el gobierno se transforma en un gran ministerio de la opresión
y la angustia.
En ese clima, nadie se mantiene
sano, y mucho menos fuerte. De hecho, al pueblo inca le prohibieron la
quinoa, un alimento autóctono que brindaba fortaleza y salud a este
pueblo originario y que impedía su rápida dominación por parte de los
españoles.
Pero los pueblos también nos alimentamos
de vernos reflejadxs en otrxs. Y ver el masivo levantamiento de mujeres
en Brasil, oponiéndose al candidato fachista, machista y detestable de
la derecha, nos refleja lucha, conciencia de clase, y necesidad de
reproducir acciones similares en nuestro país.
Atrapadxs
en un sistema representativo, dónde lxs candidatxs transan las migajas
del poder entre ellxs para luego intentar ser el mejor títere con la
burguesía internacional, es el gran problema. Sin dudas habrá que
cambiar eso, y por eso necesitamos seguir construyendo vínculos
diferentes, conciencia popular y empezar a pensar qué sociedad queremos.