Cerca de ochenta personas en forma continua y rotativa sostienen un acampe bajo días de lluvia y clima patagónico, que combina calor y frío, lluvia y sol, pero bajo la firme convicción de dar un claromensaje a los gobernantes.
El apoyo llega desde todo el país, ya que la defensa de los bienes comunes de la Cordillera de los Andes, son patrimonio, al menos de todos los argentinos, vivan o no sobre ella. Negociados como el inmoviliario, o el minero, despiertan a las poblaciones que se ponen en pie de lucha y como a Monsanto, terminarán sacando. La solidaridad con estos pueblos llega desde el norte, el centro y el sur del país. Es que un intendente corrmpido no puede definir graciosamente el destino de todos.Las acciones que se definieron se verán en estos días, y se espera que los funcionarios retrocedn ante un pueblo digno que está dispuesto a no bajar los brazos. Otro es el proyecto para nuestro pueblo, y no el de los negociados inmobiliarios.
