Ya lo decía en una canción la banda mexicana, "Dame todo el poder, para
que te demos en la madre", una síntesis del sistema representativo, en
la que no estaba ausente el rol policial. Un actor (la policía),
fundamental en este sistema de desigualdad. Un actor que como dice René
en la canción "La Bala" de Calle 13, es el pobre al que mandan a
dispararle a sus propios hermanos. Es el pobre que se cree fuera de la
pobreza porque lleva uniforme y está habilitado para matar, pegar y
reprimir. A los pobres, a los ricos jamás. El policía que se mete con un
rico, es bajo la estricta y precisa orden de alguien más rico.
Pero
siguiendo con la idea del poder, hoy ve los cómo, en año electoral,
todos los candidatos se acuerdan de la gente. Se preocupan de las
problemáticas en educación, salud y recreación... Ah, sí, porque las
plazas y las fiestas, no son un lujo, son parte de los derechos que se
establecen en la constitución y en cada documento que se escriba sobre
derechos de las personas, el derecho al esparcimiento. Derecho vapuleado
por el ritmo alienante de un sistema explotador que ha logrado que cada
cual sea su propio explotador. O cuando nos dicen que luego de varias
temporadas de habrá virus, ahora parece que finalmente van a equipar un
hospital con algunas de las herramientas necesarias (no todas) para
detectar y tratar este virus endémico que se ha llevado más de una
veintena de personas en nuestra comarca en los últimos años.
Una
lista de cuestiones que son obligaciones para el gobierno que esté, y
que no constituyen un logro de ellos, sino una de sus tareas
fundamentales. Una de las tareas, porque también habría que renovar la
planta de tratamiento de aguas servidas, las respuestas de agua potable
hacia los barrios, la red de gas, el mejoramiento de calles de ripio
(riego y máquina), el alumbrado público, pero también políticas que
ordenen el comercio para que no haya productores que no les convenga
seguir produciendo o consumidores que no puedan comprar los productos
básicos. Y es que es básico, claro y simple. El gobierno debiera
gobernar para la gente y no para los intereses propios. Poner de
manifiesto que hay una expresa política de empobrecimiento, tanto de
productores como de consumidores, con una medida como el verdurazo que
viene realizando productores agrícolas, que venden sus producciones a
centavos y que cuando llegan al público valen decenas de pesos, para
mostrar que otra forma es posible, con venta directa de productor a
consumidor, logrando bajar el precio final a menos de una décima parte y
a la vez aumentando la ganancia del productor a más de diez veces, es
quitarles el poder. Es quitarles la manija además decidir quién se va a
quedar con toda esa diferencia, la mayoría de las veces sin ni mover un
dedo.
No darle el poder al festejarles la plaza que es un derecho, y exigirla siempre, no cuando es elecciones.
No
darles el poder al evaluar que por fin hacen lo que había que hacer en
salud, equipando hospitales, cuando se podría haber hecho luego del
primer brote de hanta. No festejarles la represión a quienes buscan
crear e instalar formas de vida y de comercio que sean más justas.
No
entregarles el poder en los votos. Y no entregarles el poder siendo
indiferentes frente a los comentarios de los punteros políticos que por
dinero o por vocación estúpida, van a salir en estos días a decir y a
instalar las cosas buenas que haga tal o cual candidato.
Y ¿qué
hacer, mientras siga este sistema de mierda? Bueno, juntarse, pensar
estrategias de empoderamiento, ocupar espacios en instituciones
intermedias, ir cambiando miradas, formas de hacer, ser y actuar. Usar
nuestra capacidad y ponerla a prueba constantemente. Construir espacios
de encuentro, fortalecimiento, formación y proyección. Un hospital con
unx directorx diferente, se posiciona diferente frente a un equipamiento
que debiera haber llegado hace años.
Una escuela con docentes y
directivos concientes, se posiciona de forma diferente frente a obras de
radiación cosmética que no resuelven los problemas de faltas de aulas, o
de espacios para poder brindar calidad educativa.
Unx productxr que
no se deja ganar por las medidas ( o la falta de ellas) gubernamentales
para sostener el sector, y que sale a crear espacios de venta directa,
de asociativismos, no le está dando el poder a unx candidatx que será
antipopular.
Somos capaces. Necesitamos recordarlo continuamente. Y
proponernos también continuamente, desafiar la inercia de sentir que
nada va a cambiar.
Los medios de comunicación cumplimos un rol
fundamental en esto. Por eso golpearon, detuvieron y reprimieron a Juan
Pablo, y al otro fotógrafo de un diario, mientras cubrían el verdurazo.
Concientizarse
de la importancia de sumarse a alguno de estos espacios, o a varios,
siendo comunicadxr, participando de la construcción de un sentido común
diferente, se vuelve cada día más necesario.
Sumate a nuestros medios, sé comunicadorx desde donde estés.